martes, 4 de junio de 2013

Spleen nº2

Porque vende sonrisas
si acaricia su pelo,
porque fluye en el vuelo
de algún mártir con prisas,
 
porque teje bailando
cuando frágil se asoma
al compás de una broma
que se viene enredando.
 
Tiene dos voliciones:
repartir esperanza
cuando nadie la alcanza
y robar emociones.
 
Si no logra su empresa
se devana los sesos
y reparte sus besos
cuando así lo sopesa.
 
Ya se arrima a tu vera…
¡que no pase de largo!
Su fulgor se hace amargo
cuando nadie la espera.
 
Es capaz de emerger de un pensamiento
y olvidar su existencia con el viento.
 
Puede ver a través de nuestros ojos
y otorgar su placer o sus abrojos.
 

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